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SALUDOS DESDE EL SÁHARA... por Pacho, omi

El día 5 de Abril acompañé en el viaje Madrid-Aaiún al P. Mario, recuperado de su duro accidente en Viena y tras haber pasado en la Comunidad de Diego de León 4 meses entre operaciones y proceso de sanación.
Llegamos al aeropuerto del Aaiún la tarde del mismo día donde los PP. Rafael y Valerio nos esperaban en la puerta exterior del aeropuerto al lado de su ya viejo vehículo.
Después de los saludos de rigor, montamos en el anciano, pero aún útil coche, y en cinco minutos hicimos entrada en nuestra casa-misión.
Una estancia de 9 días pueden dar para mucho o para poco. En mi caso las horas estiraron al máximo en movimientos, encuentros ad extra y ratos agradables con la comunidad en mesas y sobremesas.
El P. Valerio y yo viajamos en autobús en la noche del Jueves 7 a Dajla, antiguo Villa Cisneros, y entre controles, susurros en árabe y español atravesamos en la oscuridad de la noche los 550 Kilómetros que separan el Aaiún de Dajla.
Dos días maravillosos e inolvidables en la que fue mi primer destino recién salido del Escolasticado de Pozuelo el 1966. Aquí sí que el movimiento recobraba vida a cada paso. En Villa todo fueron recuerdos, sentimientos, y vivencias del pasado me alejaron del presente y me colocaron en mis 27 años cuando la actividad era la constante y el mundo creía ser mío.Todo cambió. Ni un solo rostro conocido. Las calles de tierra convertidas en amplias avenidas. Las plazas, todo arena, hoy transformadas en bellos parques. Casas señoriales. Y al lado de esta opulencia, la miseria, la pobreza, el desnivel social vergonzante. Incontables familias pasan día y noche esperando la llegada del sustento cotidiano que comparten y reparten en familia, dejando la mitad de lo recibido para la venta, convirtiendo así su casa en pequeña tienda donde lo único que ofrecen es lo que quitan a sus estómagos.
Impresionantes los corros de alegres chiquillos-as que juegan, corretean y cruzan las calles con la agilidad de gacela y con sus ojos vivarachos del color de los de Platero.
Hace 44 años todo era distinto.
Algo importante permanece intacto: LA MISIÓN CATÓLICA, testigo de lo que fue y de lo que es: Ayer parroquias vivas, hoy monumentos respetados por el mundo árabe, templos abiertos, sostenidos por los Misioneros Oblatos, antorchas que iluminan permanentemente la cruz de Cristo.
Hoy, 12 de Abril de 2011, algo se mueve en la casa-misión del Aaiún. El P. Rafael prepara maletas, y mañana 13, volaremos rumbo a Madrid donde la Comunidad de Diego de León nos espera.
Las maletas del P. Rafael van repletas, en un pequeño rincón sus enseres personales, el resto son corazones que le aman, le aprecian, le quieren, le estiman, le lloran y no le olvidan.
Durante 18 años pasó haciendo el bien. Cada día atendió presto las 10 o 12 llamadas de saharauis que le extendían las manos vacías y todas se iban apretando entre sus dedos las monedas del auxilio. Sembró generosidad y cosechó amor. Su mano, pequeña en gesto de ¡Dios te ampare!, inmediatamente rectificaba y se extendía como un gran abanico para decir: ¡Ven !, ¡Toma!. Un corazón grande como el desierto, dice ¡Adiós!, mientras cientos de manos regadas por su significativa generosidad le responden con un ¡Dios se lo pague!
Los PP: Rafael, Mario, Valerio y este improvisado cronista hemos vivido unos días en perfecta armonía y nos hemos hecho eco de lo que significa querer y ser querido.
Los saharauis tienen las puertas de sus casas abiertas a los oblatos, recuerdan con verdaderos sentimientos filiales a los PP.Erviti, Acacio, Lucas, Camilo.., y expresan su correspondencia con lo que tienen, invitando a los tres vasos de té, variedad de dulces y refrescos. De notable califico el gesto de Buh, amigo saharaui que puso a nuestra disposición su tiempo y su coche durante los dos días de estancia en Villa Cisneros.
Los PP. Valerio y Mario se quedan en el Sáhara recogiendo la siembra que otros dejaron en los surcos del pasado, e ilusionados y con vocación, descubriendo y abriendo nuevos campos, y ensanchando la pirámide de la amistad.
Los PP. Rafael y Pacho nos vamos, él con el corazón agradecido y dividido, yo con el corazón agradecido.
P. Pacho


 


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