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Conociendo a... los Mártires Oblatos

Nos hacemos eco de una nueva publicación sobre los Mártires Oblatos, por parte del p. Joaquín Martínez omi.

Hoy nos descubre la figura del mártir Clemente Rodríguez omi, a través de los ojos de su hermana María (Maruja) Tejerina.

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Evocamos de nuevo al mártir Clemente Rodríguez Tejerina. Es el Benjamín del grupo de los Mártires Oblatos: 18 años. Había comenzado el noviciado a la edad de 17 años. Era lo normal entonces. Termina ese año de formación religiosa y hace la primera oblación o primeros votos temporales en Las Arenas (Vizcaya). Acto seguido  pasa a Pozuelo de Alarcón (Madrid) para estudiar filosofía y teología a fin de prepararse a la ordenación sacerdotal e irse después a misiones. Apenas había terminado su primer año de filosofía cuando, en su propio convento, fue hecho prisionero con toda la comunidad oblata. Fue la primera estación de su viacrucis. Seguirán las otras: Dirección General de Seguridad, casa provincial, clandestinidad, Cárcel Modelo, Cárcel de San Antón (colegio de los PP. Escolapios transformado en prisión) y por fin el Calvario en Paracuellos de Jarama. Pero dejemos que otra de sus hermanas nos lo cuente.

María (Maruja) Rodríguez Tejerina, hermana del mártir Clemente, declara:

“Soy hermana del Siervo de Dios Clemente, aunque no tuve con él trato, puesto que cuando se fue al Seminario de los Oblatos yo tenía 3 ó 4 años. No obstante, he vivido en mi casa el proceso de la muerte y martirio de mi hermano.

Nuestros padres fueron José y Francisca. Éramos una familia humilde, que se dedicaba a los trabajos del campo. En ella se vivía respeto, amor y un gran ambiente religioso, del que participábamos todos, incluido mi  hermano Clemente. Yo, por ser bastante más pequeña que él, no lo conocía personalmente, pero sí que puedo testimoniar de la vivencia de la familia, que era un niño dócil, obediente y religioso. Del ambiente religioso en que vivía la familia, puede hablar el hecho de que de los doce hermanos, seis fueron religiosos: dos hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos, dos Capuchinos y dos Oblatos: Clemente y Miguel.

La infancia y adolescencia de mi hermano Clemente transcurrió toda ella en el ambiente de religiosidad que ya he declarado. Tengo que añadir que la preparación a la primera Comunión la hacía, además de la catequesis que se daba en la parroquia, mi propia madre, que nos inculcaba ese amor por la Eucaristía.

Sobre cuándo surgió en él la vocación, no lo sé en concreto. Sí puedo decir que a casa venía con mucha frecuencia un sacerdote, oblato, que prácticamente era como de la familia y que se llamaba el Padre Emilio. Por otra parte, el hecho de tener dos hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos probablemente también influyó en su vocación. Todos estos conocimientos los tengo por lo que yo he vivido en mi propia familia.





Clemente junto a sus compañeros de noviciado 1934.35

Por lo que yo he oído a mis hermanos, el ambiente sociopolítico que se vivía en Madrid y sus alrededores era de persecución contra lo religioso. Yo misma experimenté en el pueblo este mismo ambiente de persecución religiosa, hasta el punto de que mi madre se presentó en el Ayuntamiento, como representante de familia numerosa, exigiendo que el crucifijo no fuese quitado de la escuela.

La primera detención que sufrió mi hermano Clemente, según las referencias que yo he escuchado en mi propia familia de mi hermano Miguel y mi hermana Josefa, fue cuando los milicianos entraron en el Seminario de Pozuelo y después de hacer un registro en toda la casa, condujeron a toda la Comunidad al comedor. Permanecían siempre bajo la amenaza de las armas de los milicianos, los cuales les hicieron volver a sus habitaciones, para, de nuevo, reunirles.

Comentarios

  1. Muchas gracias por haceros eco de mi publicación. En el Boletín MARTIRES OBLATOS nº 25 (en imprenta) los propongo como icono o ejemplo para vivir el Trienio Oblato con preparación para celebrar el II Centenario de los Oblatos (1816-2016).

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  2. Gracias a ti Joaquín. Nos ayudas a mantener la memoria de los Mártires viva y presente en el cotidiano de la vida. Esperamos con ganas tu próxima publicación.

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